El Gobierno Eterno de Dios

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Este último año ha sido un momento intenso a nivel mundial, con la pandemia de COVID-19 y los gobiernos de Estados Unidos, Israel y otras naciones envueltos en una gran controversia y un encendido debate.

Los líderes de todo el mundo están lidiando con preguntas desafiantes y cambios drásticos a una escala mundial sin precedentes. Parece que muchas cosas que afectan a nuestra vida cotidiana están en el aire. ¿A dónde recurrimos en tiempos como éste?

En Isaías 9, a través de su profeta, Dios pronunció palabras sorprendentes que han perdurado de generación en generación, describiendo su gobierno en la tierra. Él dice,

"El gobierno estará sobre su hombro. Y su nombre se llamará Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de la Paz". (Isaías 9:6)

Cuando los sistemas del mundo fracasan en su sabiduría y todo lo que nos rodea se tambalea, hay un gobierno superior al que podemos mirar en busca de esperanza. El versículo 7 continúa diciendo que "el aumento de su gobierno y la paz no tendrán fin". Dios dice que el gobierno de Israel y de las naciones del mundo estará sobre su hombro, que su consejo, su poder y su paz prevalecerán.

En otro lugar de la Escritura, los Salmos declaran: "La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la misericordia y la verdad van delante de tu rostro" (Salmo 89:14). Hay un fundamento seguro para nuestros tiempos en el gobierno de Dios en el mundo, y ese fundamento está hecho de una rectitud sólida como una roca y una justicia indiscutible.

Como aquellos que creen en Dios, estamos llamados a representarle a Él y a su carácter en la tierra para llevar la rectitud y la justicia del cielo a través de nuestras fervientes oraciones y de una valiente demostración de nuestra fe en todos los aspectos de nuestra vida.

En su discurso ante la crucial Convención Constitucional de los Estados Unidos en Filadelfia en 1787, Benjamín Franklin pronunció estas profundas palabras en el nacimiento de la nación:

He vivido, señor, mucho tiempo, y cuanto más vivo, más pruebas convincentes veo de esta verdad: que Dios gobierna en los asuntos de los hombres. Y si un gorrión no puede caer al suelo sin que él se dé cuenta, ¿es probable que un imperio pueda levantarse sin su ayuda?

En medio de las deliberaciones del intenso debate, el Sr. Franklin recordó a los delegados que su capacidad para trazar el curso de la nación era extremadamente limitada sin la asistencia divina del Todopoderoso. Les instó a abrir las sesiones diarias de la convención en oración para que pudieran encontrar la sabiduría de Dios en los asuntos de peso sobre los que estaban deliberando.

El resultado de la convención fue una dirección definida para la naciente nación, que en los siglos transcurridos desde entonces ha aportado muchas bendiciones en todo el mundo.

Al comienzo de una nueva era en la historia del mundo, hay una mayor necesidad que nunca de siervos de Dios que busquen su rostro en la oración y se conviertan en sus voces para un mundo atribulado. La rectitud y la justicia de los seres humanos son inherentemente limitadas, pero el gobierno eterno de Dios es un gobierno de la verdad en constante expansión.

Que seamos aquellos que unen el cielo y la tierra a través de vidas de devoción continua y valor inquebrantable. Y que podamos ver el desarrollo de lo que predijo Isaías: una realidad cada vez mayor del Reino de Dios que se expresa, incluso en medio de los tumultuosos desafíos de la humanidad terrenal.

Mientras navegamos por estos tiempos, mantengamos en nuestros corazones y mentes el encargo de Dios a su pueblo:

Los que confían en el Señorson como el monte Sión,que no se puede mover, sino que permanece para siempre. Como los montes rodean a Jerusalén,así el Señor rodea a su pueblodesde ahora y para siempre. (Salmo 125:1-2)

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